Juntarse con los amigos de forma informal es una de las cosas que te alegran la semana.
Entre txikito y txikito los colegas se van soltando de la rigidez diaria en la que nos movemos. Y a una de estas es cuando alguien cercano te dice que está pensando irse a Australia.
La cantidad de preguntas y comentarios al respecto son innumerables, finalizando con un reguero de risas y otra media docena de txikitos.
Todos sabemos que no va a coger ningún avión, ni a moverse demasiado de donde estamos. Pero también sabemos que el comentario sobre el destino del viaje no es lo principal.
Nos está enviando a un lugar lejano, exótico, pero sobre todo, un lugar donde no le va a localizar nadie, no tiene ningún conocido y un lugar de donde no quiere regresar.
Se hace referencia no a un lugar, sino a un hartazgo, un cansancio vital, unas ganas locas de bajar de este mundo de olor nauseabundo.
Ante la situación laboral, económica, política, social... que a cada uno le afecta de manera diferente, con consecuencias tanto en la vida profesional, familiar, personal, en la capacidad económica, así como en algún otro aspecto no comentado,..... en este comentario se nota un cierto cansancio en el ambiente.
Un cansancio......Ufffffffffff.Y es que cada vez escucho más la frase:
"Me voy a Australia".
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