martes, 21 de agosto de 2012


MARCELO EN EL BALNEARIO

Tras la resaca de una maravillosa temporada en la que hemos visto esplendidos partidos, viajado más que nunca, más de lo que nos podíamos permitir, donde además se ha dado la cara en todos los enfrentamientos, teniendo como consecuencias la relevancia mediática y el aumento de la autoestima de jugadores y aficionados hasta las nubes, es más, hasta el punto de aparecer en los duales programas deportivos televisivos (estamos de “los dos grandes” hasta la coronilla), hemos regresado al nuevo curso encontrándonos con una convulsa pretemporada.

Cuando el 2 de julio se abrió la puerta de la nueva temporada esperábamos hablar de las nuevas incorporaciones para la consolidación del equipo, de la confirmación de algunos descartes, de la puesta en marcha y continuación de revolucionarias e innovadoras metodologías y sistemas  para conseguir nuevos triunfos con un juego alegre y divertido, de nuevas formas de enseñar a los más jóvenes los fundamentos del futbol, (hemos alucinado con los portátiles en los entrenamientos)…. Pero sin embargo nos sorprende este inicio con el monumental enfado del entrenador. Son ilustrativas las imágenes obtenidas de la supervisión de las obras de la factoría de jugadores de Lezama realizada por Marcelo junto con Amorrortu, que tuvieron su colofón en la consiguiente pelea de Bielsa con los responsables de la obra de Lezama. 

Tampoco intuíamos tener que estar en vilo por el seguimiento de las renovaciones así como de la posible salida de jugadores emblemáticos hacia otros clubs, mermando la potencialidad de este equipo que nos ha aportado grandes alegrías (Llorar de emoción en un campo con tu equipo es una sensación única, pero hacerlo varias veces en una temporada es casi irrepetible).

A menudo cuando opinamos de un asunto solamente tenemos presentes las cosas que vemos, sin embargo, al igual que un iceberg, lo que permanece oculto suele ser más interesante que lo vivible. En este sentido la tranquilidad vivida durante el mes de junio no presagiaba ninguna tormenta como la vivida. Creíamos que las obras iban bien encaminadas, que se estaban cumpliendo los plazos. Creíamos que las relaciones entre entrenador y jugadores eran buenas a pesar del calendario exigente. Creíamos que lo aprendido por los jugadores por haber estados guiados por un mister de primera línea mundial era un aliciente para esta nueva temporada. Creíamos que las renovaciones estaban encauzadas. Creíamos que las nuevas incorporaciones pedidas por Bielsa estaban conseguidas.

Sin embargo esta bronca, la organizada en Lezama en la inauguración de la temporada, nos abre los ojos y nos hace ver la parte oculta del iceberg, llevándonos todo ello a los aficionados del Athletic a vislumbrar algunos nubarrones en el horizonte y va tomando cuerpo la idea de que algo terrible está ocurriendo en nuestra casa. La existencia de algunos desajustes se va haciendo realidad. 

La posterior rueda de prensa del entrenador con los medios de comunicación, extensa e intensa, explicando detalladamente las razones de su proceder, nos apunta los diferentes frentes abiertos en el Club. La sensación de que ningún asunto de la agenda pactada entre la directiva y el entrenador ha sido cerrado ni resuelto se nos hace visible. Es por ello que la afición, socios y aficionados, intentan leer entre líneas, no tanto los culpables de esta situación, sino los problemas reales que afectan a la institución. 

Los que nos dedicamos a asuntos organizativos y estratégicos tenemos variados ejemplos de lo que ocurre en diferentes organizaciones para poder explicar y entender algunos problemas que les afecta. En el caso que nos ocupa me viene a la mente una emblemática empresa bizkaina a la que sus propios trabajadores le llamaban “el balneario”. Se pueden ustedes imaginar el nivel de exigencia, esfuerzo, responsabilidad que tenían estas personas para con la empresa. (Por cierto, de los que más cobraban del entorno).

Tras la galerna, en distintos foros se escucha que los jugadores se quejaban del nivel de compromiso exigido por el entrenador, de lo cansados que estaban por el esfuerzo acumulado, del número de partidos jugados, de las arengas del equipo técnico a pesar de la fatiga, que les exigía demasiado. Sin embargo, habría que comparar el nivel de exigencia con el de otros clubs, si es tan alta o mayor que en el nuestro, si se les oye a los cracks mundiales algún comentario sobre el nivel de exigencia. Estos tienen claro, tienen asumido que su reto, su objetivo es ganar, ganar partidos, ganar títulos, ganar la Champions y que va incluido en su sueldo.

Pero en este club, el de nuestros amores, parece que no hay retos, que no hay objetivos, que no se puede exigir. Aunque los aficionados nos conformemos con que lo hagan lo mejor posible, que le pongan ganas,… esto no quiere decir que no haya que tener un nivel alto de exigencia, de esfuerzo y de compromiso. En este sentido parece que existe en la plantilla mas fatiga mental que física.

Traigo a colación lo que dicen los astrofísicos para explicar el origen del universo. Que se produjo un acontecimiento, una gran explosión llamada Big Bang, siendo creado otro orden tras dicho suceso. Y es en este punto cuando es interesante analizar que el mister explota, se enfada y monta un lio monumental, es decir, un Khaos. (Por cierto, por poco le cuesta el puesto).

Este peculiar señor ha llegado, ha visto la situación y ha puesto las pilas a toda la institución. Su mensaje es nítido: No se permite estar relajado, hay que darlo todo, hay que hacerlo bien. No va a permitir que le tomen el pelo. Ha marcado el territorio y el que quiera jugar ya sabe a qué atenerse. Un arriesgado golpe de efecto con el que envía un aviso a directiva, jugadores, empleados, periodistas, socios y afición con el que define claramente las líneas de trabajo que desarrollará en este club mientras él, Marcelo, sea su entrenador. Nos informa que en nada se va a parecer este Club en sus formas de trabajo, de organización, de responsabilidad, de implicación y de exigencia a las de un Balneario, como en el ejemplo anteriormente apuntado.

Por ello si nuestros chicos (forma coloquial con la que se llama a los jugadores en el Balneario) cobran como Champions debiéramos exigirles que se comporten como tales, por lo menos en el esfuerzo, la implicación y en la responsabilidad. Ya sabemos que conseguir resultados es más complicado, sobre todo por las autoimpuestas y conocidas limitaciones.

RETOS DE FUTURO. Llegados a este punto, los retos a los que se enfrentan los rectores del Athletic son grandes. Algunos a corto plazo son la configuración definitiva de la plantilla sin realizar locuras por el dinero que se ingrese. Otros a medio y largo plazo pero seguramente más importante sea impregnar en todos los ámbitos de la institución una cultura del esfuerzo, del compromiso, de la implicación, del aprendizaje. Es decir, escapar a toda velocidad de la cultura del Balneario y del pelotazo. Porque desde hace tiempo tenemos claro que no es lo mismo ir al trabajo que trabajar, que no es lo mismo salir al campo que disputar un partido, que no es lo mismo luchar por salvarse que por ganar un título.

Por ello los errores cometidos en este mes de junio y en la pretemporada deben de servir para no bajar la guardia, para intuir los problemas antes de que sucedan, para cambiar la cultura de la organización, para ser cada temporada más competitivos. Y en definitiva para GANAR todas las finales a las que lleguemos. AUPA ATHLETIC

Iñaki Fdez de Gamboa
Consultor en Maren Consulting
Socio Compromisario Athletic S. Koop Taldea