Alguno pensará que quiero hablar de un grupo de trabajo para resolver a algún asunto. Pero la verdad es que me quiero referir a esa cantidad de dinero, grande o pequeña, que se cobra por cada operación que se realiza.
Tal vez me viene a la cabeza este tema porque en este desenfrenado mundo que cada vez viaja a más velocidad, cuando vas a hacer un recado, gestión o cualquier operación, noto con más insistencia que el que me debiera atender está pensando en lo que va a cobrar por dicha operación sin preocuparle lo que a mí me interesa.
Si vas al banco te quieren encajar un producto que ni entiendes ni te interesa y lo más preocupante, no te conviene. Sivas a por un teléfono te intentan esclavizar para 18 meses bajo penalización. Si vas a comprar un piso los de la inmobiliaria están pensando en el 10%. Y así sucesivamente.
Luego nos quejamos del país en el que vivimos. Queremos vivir sin trabajar, consiguiendo un 10% cada cierto tiempo para dedicarnos a lo que hace la cigarra.
Otro día comentaremos la perversión de la comisión
