MARCELO EN
EL BALNEARIO
Tras la resaca de una maravillosa temporada
en la que hemos visto esplendidos partidos, viajado más que nunca, más de lo
que nos podíamos permitir, donde además se ha dado la cara en todos los
enfrentamientos, teniendo como consecuencias la relevancia mediática y el aumento
de la autoestima de jugadores y aficionados hasta las nubes, es más, hasta el
punto de aparecer en los duales programas deportivos televisivos (estamos de
“los dos grandes” hasta la coronilla), hemos regresado al nuevo curso
encontrándonos con una convulsa pretemporada.
Cuando el 2 de julio se abrió la puerta de la
nueva temporada esperábamos hablar de las nuevas incorporaciones para la
consolidación del equipo, de la confirmación de algunos descartes, de la puesta
en marcha y continuación de revolucionarias e innovadoras metodologías y
sistemas para conseguir nuevos triunfos con
un juego alegre y divertido, de nuevas formas de enseñar a los más jóvenes los
fundamentos del futbol, (hemos alucinado con los portátiles en los
entrenamientos)…. Pero sin embargo nos sorprende este inicio con el monumental
enfado del entrenador. Son ilustrativas las imágenes obtenidas de la
supervisión de las obras de la factoría de jugadores de Lezama realizada por
Marcelo junto con Amorrortu, que tuvieron su colofón en la consiguiente pelea
de Bielsa con los responsables de la obra de Lezama.
Tampoco intuíamos tener que estar en vilo por
el seguimiento de las renovaciones así como de la posible salida de jugadores
emblemáticos hacia otros clubs, mermando la potencialidad de este equipo que
nos ha aportado grandes alegrías (Llorar de emoción en un campo con tu equipo
es una sensación única, pero hacerlo varias veces en una temporada es casi
irrepetible).
A menudo cuando opinamos de un asunto solamente
tenemos presentes las cosas que vemos, sin embargo, al igual que un iceberg, lo
que permanece oculto suele ser más interesante que lo vivible. En este sentido
la tranquilidad vivida durante el mes de junio no presagiaba ninguna tormenta
como la vivida. Creíamos que las obras iban bien encaminadas, que se estaban
cumpliendo los plazos. Creíamos que las relaciones entre entrenador y jugadores
eran buenas a pesar del calendario exigente. Creíamos que lo aprendido por los
jugadores por haber estados guiados por un mister de primera línea mundial era
un aliciente para esta nueva temporada. Creíamos que las renovaciones estaban
encauzadas. Creíamos que las nuevas incorporaciones pedidas por Bielsa estaban conseguidas.
Sin embargo esta bronca, la organizada en
Lezama en la inauguración de la temporada, nos abre los ojos y nos hace ver la
parte oculta del iceberg, llevándonos todo ello a los aficionados del Athletic
a vislumbrar algunos nubarrones en el horizonte y va tomando cuerpo la idea de
que algo terrible está ocurriendo en nuestra casa. La existencia de algunos
desajustes se va haciendo realidad.
La posterior rueda de prensa del entrenador
con los medios de comunicación, extensa e intensa, explicando detalladamente
las razones de su proceder, nos apunta los diferentes frentes abiertos en el
Club. La sensación de que ningún asunto de la agenda pactada entre la directiva
y el entrenador ha sido cerrado ni resuelto se nos hace visible. Es por ello
que la afición, socios y aficionados, intentan leer entre líneas, no tanto los
culpables de esta situación, sino los problemas reales que afectan a la
institución.
Los que nos dedicamos a asuntos organizativos
y estratégicos tenemos variados ejemplos de lo que ocurre en diferentes
organizaciones para poder explicar y entender algunos problemas que les afecta.
En el caso que nos ocupa me viene a la mente una emblemática empresa bizkaina a
la que sus propios trabajadores le llamaban “el balneario”. Se pueden ustedes
imaginar el nivel de exigencia, esfuerzo, responsabilidad que tenían estas
personas para con la empresa. (Por cierto, de los que más cobraban del
entorno).
Tras la galerna, en distintos foros se
escucha que los jugadores se quejaban del nivel de compromiso exigido por el
entrenador, de lo cansados que estaban por el esfuerzo acumulado, del número de
partidos jugados, de las arengas del equipo técnico a pesar de la fatiga, que
les exigía demasiado. Sin embargo, habría que comparar el nivel de exigencia con
el de otros clubs, si es tan alta o mayor que en el nuestro, si se les oye a
los cracks mundiales algún comentario sobre el nivel de exigencia. Estos tienen
claro, tienen asumido que su reto, su objetivo es ganar, ganar partidos, ganar
títulos, ganar la Champions y que va incluido en su sueldo.
Pero en este club, el de nuestros amores,
parece que no hay retos, que no hay objetivos, que no se puede exigir. Aunque
los aficionados nos conformemos con que lo hagan lo mejor posible, que le
pongan ganas,… esto no quiere decir que no haya que tener un nivel alto de
exigencia, de esfuerzo y de compromiso. En este sentido parece que existe en la
plantilla mas fatiga mental que física.
Traigo a colación lo que dicen los astrofísicos para explicar el origen del
universo. Que se produjo un acontecimiento, una gran explosión llamada Big
Bang, siendo creado otro orden tras dicho suceso. Y es en este punto cuando es interesante
analizar que el mister explota, se enfada y monta un lio monumental, es decir,
un Khaos. (Por cierto, por poco le cuesta el puesto).
Este peculiar señor ha llegado, ha visto la situación y ha puesto las pilas
a toda la institución. Su mensaje es nítido: No se permite estar relajado, hay
que darlo todo, hay que hacerlo bien. No va a permitir que le tomen el pelo. Ha
marcado el territorio y el que quiera jugar ya sabe a qué atenerse. Un arriesgado golpe de efecto con
el que envía un aviso a directiva, jugadores, empleados, periodistas, socios y
afición con el que define claramente las líneas de trabajo que desarrollará en este
club mientras él, Marcelo, sea su entrenador. Nos informa que en nada se va a
parecer este Club en sus formas de trabajo, de organización, de
responsabilidad, de implicación y de exigencia a las de un Balneario, como en
el ejemplo anteriormente apuntado.
Por ello si nuestros chicos (forma coloquial
con la que se llama a los jugadores en el Balneario) cobran como Champions
debiéramos exigirles que se comporten como tales, por lo menos en el esfuerzo,
la implicación y en la responsabilidad. Ya sabemos que conseguir resultados es
más complicado, sobre todo por las autoimpuestas y conocidas limitaciones.
RETOS DE FUTURO. Llegados a este punto, los
retos a los que se enfrentan los rectores del Athletic son grandes. Algunos a
corto plazo son la configuración definitiva de la plantilla sin realizar
locuras por el dinero que se ingrese. Otros a medio y largo plazo pero
seguramente más importante sea impregnar en todos los ámbitos de la institución
una cultura del esfuerzo, del compromiso, de la implicación, del aprendizaje. Es
decir, escapar a toda velocidad de la cultura del Balneario y del pelotazo. Porque
desde hace tiempo tenemos claro que no es lo mismo ir al trabajo que trabajar,
que no es lo mismo salir al campo que disputar un partido, que no es lo mismo
luchar por salvarse que por ganar un título.
Por ello los errores cometidos en este mes de
junio y en la pretemporada deben de servir para no bajar la guardia, para
intuir los problemas antes de que sucedan, para cambiar la cultura de la
organización, para ser cada temporada más competitivos. Y en definitiva para
GANAR todas las finales a las que lleguemos. AUPA ATHLETIC
Iñaki Fdez de Gamboa
Consultor en Maren Consulting
Socio Compromisario Athletic S. Koop Taldea