Nadie duda que el sector energético,con sus diversas fuentes de energía, configuran un sector del que depende el futuro de nuestra economía y sociedad, sobre todo por la necesidad de su utilización para el funcionamiento de la industria, el transporte y de los hogares.
En los informes energéticos de este país, dirigido por nuestros políticos y dirigentes, suele estar contemplada la variedad de las fuentes de energía utilizadas así como el peso porcentual de cada uno de ellos en la factura energética. Se trata de informes descriptivos sin ninguna visión estratégica de lo que necesita el pais o Europa, siendo una de las cuestiones mas interesantes saber si la mayor parte de las fuentes provienen del zonas exteriores o por el contrario las fuentes energéticas utilizadas son escasas en Europa.
Desde el accidente de Fukushima la energía nuclear ha caido en desgracia, habiendo sido paralizados casi todos los proyectos, de ahí que una de las mayores potencias, Francia, esté sufriendo las consecuencias de esta decisión. En el caso del petroleo y el gas están en zonas de gran tensión entre paises, utilizando en casos extremos las técnicas militares que tanto criticamos.
Pero en términos de geopolítica se trata de conseguir materias primas energéticas en el exterior para su transformación y consumo en el interior. Las excepciones a este esquema hasta ahora estaban en la energía hidraulica, la eolica y la solar, pero proyectos como el solar Desertec o los eolicos offshore rompen esta excepción volviendo al esquema anterior, es decir, ir al Sahara, captar energía y traerla a Europa. Este esquema "captar fuera- traer dentro" tiene unos riesgos incalculables, tanto en términos de seguridad como de coste energético.
Intentamos ligar esta situación a la hipotética aunque próxima decisión de los dirigentes europeos de devaluación del euro. Esta probable decisión junto con una situación del mercado energético en clave dolar y en un esquema "fuera - dentro" podría suponer una conjunción de factores de consecuencias incalculables, pasando en una décima de segundo la energía de procedencia exterior a encarecerse un un porcentaje cercano al 30%.
Si a los problemas que ya padecemos le unimos por voluntad o a la fuerza una factura energética encarecida en este porcentaje no habremos solucionado casi nada.
Por ello se necesita una situación de autosuficiencia energética donde el esquema existente en Europa sea "dentro-dentro" y cualquier decisión monetaria europea no esté condicionada por la dependencia energética actual del exterior de la Unión Europea. En este sentido, la estratégia europea en esta materia tiene que ser clara y decidida en busca de la autosuficiencia energética ya que esa situación nos dará independencia y libertad para aplicar las políticas monetarias que queramos.
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